Esta
vez, desde Oleobercho os queremos mostrar el proceso que trascurre del olivo hasta
el aceite.
La
elaboración del aceite de oliva comienza en el propio árbol. Para obtener nuestro
aceite de oliva virgen de calidad es fundamental partir de un fruto sano,
fresco y recogido en el momento óptimo de madurez. Para conseguir nuestros
aceites de gran calidad tratamos el
fruto con gran esmero para que, durante la recolección, el transporte y su
manejo en la nuestras almazaras, no se produzcan daños ni roturas que puedan
provocar procesos hidrolíticos o fermentativos que puedan alterar sus
caracteres sensoriales o elevar la acidez.
Nuestra
cooperativa de aceite S.C.A.Santa María, está dotada con
la última tecnología para la extracción del aceite.
El
prensado tradicional casi ha desaparecido a favor de los sistemas continuos,
que utilizan materiales totalmente inalterables, como el acero inoxidable,
tanto para la elaboración como para el almacenamiento del aceite. En este tipo
de extracción no hay manipulación de fruto ni masas, sino que se realiza de
forma automática desde la entrada de la aceituna hasta la salida del aceite. Se
utilizan centrífugas para la separación del aceite del resto de los componentes
de la aceituna. La masa de aceitunas gira a alta velocidad, y por diferencias
de densidad, se separa el aceite (de menor densidad) del resto de los
componentes de la aceituna: orujo (sólidos) y alpechín (agua de vegetación).
Este aceite producido, es nuestro ACEITE DE OLIVA VIRGEN OLEOBERCHO, que es el zumo o jugo de la aceituna debido a que su proceso de elaboración es totalmente mecánico, no se utilizan productos químicos ni altas temperaturas que alteren lo más mínimo sus características químicas ni sensoriales: conserva por tanto inalterables todos sus componentes nutricionales y antioxidantes así como todo su aroma y sabor.
Este aceite producido, es nuestro ACEITE DE OLIVA VIRGEN OLEOBERCHO, que es el zumo o jugo de la aceituna debido a que su proceso de elaboración es totalmente mecánico, no se utilizan productos químicos ni altas temperaturas que alteren lo más mínimo sus características químicas ni sensoriales: conserva por tanto inalterables todos sus componentes nutricionales y antioxidantes así como todo su aroma y sabor.
Doy fe del buen hacer de esta casa y su materia prima.
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